Robo con daños parciales: ¿puede considerarse destrucción total?
En los casos de robo de vehículos no siempre se produce una desaparición completa. Muchas veces el rodado aparece luego de un tiempo, pero con faltantes clave o daños de tal magnitud que impiden volver a usarlo sin una reparación costosa. Ejemplos habituales son:
- Robo del motor o la caja de cambios.
- Sustracción del sistema eléctrico completo.
- Desarme de partes esenciales como ruedas, puertas o interior.
- Daños estructurales graves al momento de forzar cerraduras o encender el vehículo.
¿Cuándo un daño parcial se transforma en destrucción total?
La mayoría de las pólizas establecen que existe destrucción total cuando el costo de reparación o reposición de las partes faltantes supera un porcentaje del valor asegurado (habitualmente el 80%).
Esto significa que, aunque el vehículo aparezca y “se pueda reparar”, si el gasto excede ese límite, el asegurado puede reclamar indemnización por destrucción total.
Problemas frecuentes con las aseguradoras
En la práctica, los conflictos más comunes son:
- La aseguradora pretende liquidar como un simple daño parcial para rechazar la destrucción total.
- Se realizan tasaciones muy por debajo del mercado, minimizando el costo real de las reparaciones.
- Se demora la pericia y se busca desgastar al asegurado hasta que acepte condiciones desfavorables.
¿Qué hacer en estos casos?
Aceptar sin cuestionar la liquidación de la aseguradora puede significar una pérdida económica enorme. Con la intervención de un abogado, es posible:
- Reclamar que se reconozca la destrucción total cuando corresponde.
- Impugnar pericias o tasaciones arbitrarias.
- Iniciar mediaciones o acciones legales para que la compañía cumpla con la indemnización debida.
En Estudio Jurídico López Giacomelli defendemos los derechos de asegurados que enfrentan trabas de las compañías tras un robo.
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